¿Alguna vez te has preguntado si es lo mismo hablar de agricultura orgánica que de agricultura ecológica? O quizás, ¿te has cuestionado a qué se refiere exactamente el término "agricultura orgánica"? En el fondo, ¿no debería cualquier forma de agricultura ser "orgánica" en el sentido de cultivar organismos vivos? La verdad es que la multiplicidad de términos, a menudo utilizados de manera confusa, en ocasiones incluso de manera intencionada, no ayuda a los consumidores, quienes muchas veces no entienden realmente qué se les está vendiendo. Si a esto le sumamos las malas prácticas de algunas empresas que aprovechan el desconocimiento del público para hacer greenwashing con mensajes engañosos, el resultado es una considerable confusión y desconfianza creciente, que acaba menoscabando el trabajo de aquellos agricultores que realmente hacen bien su trabajo.
En la raíz de esta confusión a menudo se encuentra la disyuntiva entre lo orgánico y lo ecológico en la definición de la agricultura. Para aclarar estos conceptos, es útil remontarse al origen de los términos.
AGRICULTURA ORGÁNICA
La expresión "agricultura orgánica" se popularizó a partir del libro "Look to the Land" (1940) de Lord Walter Northbourne, un clásico muy recomendado de la teoría de la ecología. En este texto, Northbourne describe una granja como un organismo interrelacionado, destacando la importancia de pensar en el campo como una entidad viva compuesta por partes interconectadas. Esta visión holística de la agricultura surgió como una reacción contra la industrialización del campo y el creciente uso de sustancias químicas para controlar plagas y promover el crecimiento de los cultivos.
En el mundo anglosajón, este enfoque se tradujo en el concepto de agricultura orgánica, término que acabaría consolidándose para hacer referencia a la agricultura que evita el uso de fertilizantes y pesticidas sintéticos, y se centra en el uso exclusivo de compuestos naturales para el cuidado del huerto.
En el ámbito hispanohablante, se utiliza el término "agricultura orgánica" como un calco del inglés, y en muchos países de habla hispana este uso se ha consolidado. Sin embargo, en España, la expresión correcta es "agricultura ecológica", que se estableció en los años ochenta para hacer referencia a un sistema de producción agrícola que respeta el medio ambiente, mantiene la biodiversidad, y evita el uso de productos químicos sintéticos, como fertilizantes y pesticidas. Es decir, un concepto casi idéntico, con la diferencia que, dentro de la Unión Europea, el término "ecológico" es el que está regulado legalmente, y los productos comercializados bajo esta etiqueta deben cumplir con normativas específicas. Decir que un producto es ecológico conlleva garantías que van mucho más allá de la mera descripción.
ECOLÓGICO EN LAS ISLAS BALEARES Y EN EUROPA
En las Islas Baleares la “Entidad de Certificación de la Agricultura Ecológica de Baleares” (CBPAE) es la autoridad encargada de garantizar que los productores y procesadores cumplan con los preceptos de este tipo de agricultura. El CBPAE realiza inspecciones periódicas y certifica los productos que cumplen con los requisitos, otorgándoles el sello de agricultura ecológica.
Normas Específicas de la Agricultura Ecológica en Europa:
- Prohibición de Productos Químicos Sintéticos: No se permite el uso de fertilizantes, pesticidas, herbicidas u otros productos químicos sintéticos. En su lugar, se deben utilizar métodos naturales para el control de plagas y la fertilización del suelo, como el compostaje y la rotación de cultivos.
- Manejo del Suelo: Se deben aplicar prácticas que mantengan y mejoren la fertilidad del suelo, tales como la rotación de cultivos, el uso de abonos verdes, y la incorporación de materia orgánica.
- Bienestar Animal: En la ganadería ecológica, los animales deben criarse en condiciones que les permitan expresar su comportamiento natural. Esto incluye el acceso al aire libre, alimentación con pastos o forrajes ecológicos, y restricciones en el uso de medicamentos convencionales.
- Semillas y Material Vegetal: Se deben utilizar semillas y material vegetal ecológico siempre que sea posible. Si no están disponibles, se pueden utilizar alternativas, pero bajo ciertas condiciones.
- Certificación y Etiquetado: Los productos que se venden como "ecológicos" deben estar certificados por una autoridad competente y llevar el logotipo ecológico de la UE junto con el código de la entidad certificadora.
Es importante hacer un uso responsable de la terminología. Las palabras conllevan significados específicos y, en algunos casos, están reguladas por la ley, lo que implica derechos y deberes muy concretos.
En SONMO, hablamos siempre de agricultura ecológica y estamos profundamente comprometidos con los más altos estándares de sostenibilidad y calidad. Así, protegemos no solo nuestro entorno, sino también la confianza que nuestros clientes depositan en nosotros y en nuestro sector.
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