Como cada año, ha llegado el día de la esquila en Son Moragues, y las ovejas desfilan preparadas para desprenderse de su espeso abrigo invernal. Pocos trabajos resultan tan satisfactorios tanto para el payés como para el animal en cuestión, que se libra, en este caso, de casi tres kilos de lana, disfrutando de una sensación de ligereza y comodidad. Además, es una ocasión que se presta a ser capturada en fotos y un momento perfecto para reunir al equipo y compartir una merienda tras una jornada de trabajo.
Un proceso respetuoso
Tradicionalmente la esquila era una actividad ardua y poco considerada con el bienestar animal. Las ovejas eran inmovilizadas atándoles las patas para facilitar el trabajo con tijeras. Hoy en día, nos esforzamos para que este proceso sea lo más llevadero posible para todos. Utilizamos máquinas eléctricas en lugar de tijeras, lo que permite una mayor eficiencia, seguridad y movilidad, permitiendo llevar a cabo la esquila en menos tiempo y sin necesidad de inmovilizar las ovejas.
La necesidad de esquilar a las ovejas se deriva de milenios de cría y selección para obtener razas productivas. Las ovejas modernas producen tanta lana que, sin esquila, estarían extremadamente incómodas en los meses de verano. Puede observarse un notable aumento de vitalidad y bienestar en los rebaños tras la esquila.
Nuestras Ovejas Mestizas
En Son Moragues, tenemos unas 160 ovejas mestizas, mezcla de Lacaune y Mallorquina. La variedad Lacaune, originaria del sur de Francia y famosa por el queso Roquefort, es una oveja de gran tamaño y resistencia, apreciada tanto por su leche como por su carne. La raza Mallorquina, en peligro de extinción desde mediados del siglo XX, es de tamaño reducido y especialmente adaptada a la montaña, la vegetación local y los cambios bruscos de temperatura. Esta combinación nos permite obtener ovejas muy resistentes, autónomas y de fácil manejo, que apreciamos tanto por sus cualidades de custodios de la tierra como por su productividad.
Un Rol Fundamental en la Agricultura Sostenible
Históricamente en la Tramuntana, las ovejas han desempeñado un papel crucial en el mantenimiento de los olivares, comiéndose los chupones de acebuche que crecen en los troncos de los olivos milenarios. Si las ovejas no desempeñaran esta labor “jardinera” de comerse los chupones, éstos crecerían sin control hasta llegar a eliminar el árbol productivo y lo devolverían a su estado original y no productivo de acebuche. La oveja mantiene sano el árbol, fertiliza la tierra y proporciona carne y lana a la población. En Son Moragues, trabajamos para revitalizar estos métodos tradicionales, combinándolos con prácticas de agricultura ecológica y técnicas regenerativas. Consideramos a las ovejas, no solo como aliadas en el manejo de nuestros olivares, sino como piezas clave en la regeneración de la flora y fauna autóctonas.
Entendemos nuestra finca como un ecosistema interdependiente y circular, aprovechando cada recurso disponible. En el caso de las cerca de 250 ovejas con las que compartimos esta finca, su contribución es significativa ya que además de su rol en la salud ecosistémica, producen carne y alrededor de media tonelada de lana al año, que aprovechamos para producir una gama de productos únicos como las mantas de lana. Para conocer estos y otros productos, se puede consultar la tienda online de SONMO.